Queridos políticos:
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer y aproximadamente 1 de cada 10 lo padecerá en algún momento de su vida. Poco más o menos, se encuentra un tumor de mama en 6 de cada 1000 mujeres de entre 50 y 64 años que se realizan un estudio de despistaje (screening) por primera vez. Según los últimos datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2023 se diagnosticarán 35.001 nuevos casos de cáncer de mama.
Hoy saldréis todos a apoyarnos, muchos con algo rosa sobre vuestra ropa, diréis palabras grandilocuentes y nos llamaréis campeonas, luchadoras, guerreras… y todas esas cosas que ya sabemos que somos. Mañana ya será 20 de octubre y vosotros volveréis a vuestro día a día y tendremos la sensación de que nos olvidáis. Sólo os pediría un favor: ayudad a que nos ayuden. Vosotros sois los que decidís qué hacer con el dinero. Que no haya nadie enfermo que no pueda tratarse por falta de medios. Estamos en vuestras manos: que sean unas manos que nos ayuden a avanzar. Pensad, por un momento, qué os pediríais como padres, madres, hermanos, parejas, amigos… de alguien con cáncer. Sólo eso.
Querida administración (y aquí tal vez me esté refiriendo más a los protocolos, la burocracia…):
Somos personas. Entiendo que son los números los que hacen que las cosas funcionen o no; los que organizan la mejor manera de ordenarlo todo. Pero detrás de cada cáncer hay una mujer, una persona, un ser humano, con sus propios problemas y su forma particular de enfrentarse a ellos; su propio cuerpo, sus propias limitaciones, sus propias contraindicaciones, sus propias fortalezas y debilidades… Personas con nombre y apellidos. Simplemente, miradnos a los ojos cuando nos habléis y poneos en nuestro lugar por un instante, por ese instante.
Queridos sanitarios:
Gracias. Gracias por vuestros cuidados. Gracias por vuestros desvelos. Gracias por vuestro trato. Gracias por estar ahí… (Me sigo acordando muchísimo de mis ángeles de la guarda del hospital San Pedro, y de mis guardianes durante la radioterapia…)
Queridas mujeres:
Estamos juntas en esto. El cáncer es algo que vivimos solas porque nadie más que nosotras sabe lo que sentimos, pero no os cerréis a la gente que os quiere. Apoyaos en ellos. Mirad los días soleados y guardad su luz para recordarla durante los días lluviosos. Agarraos a la más mínima esperanza, por pequeña que sea; siempre hay una pequeña esperanza. Confiad en vosotras mismas y en vuestras fuerzas. Somos más fuertes de lo que creemos, y lo que creemos es muchísimo, así que imaginaos… No desfallezcáis, jamás. Sois hermosas; somos hermosas. Sonriamos todo lo que podamos y nos dejen. Una sonrisa es, cuanto menos, un buenísimo calmante. No vamos a dejarnos vencer. Sed fuertes. Sed valientes. Sed mujeres.
