Últimamente siento mi propio cuerpo como una casa de huéspedes: no hay día en que no tenga uno nuevo. Una alegría, una tristeza, un dolor, un miedo, un temor… Y a eso le sumamos los que vienen queriendo quedarse y a los que yo dejo entrar con la esperanza de que se vayan rápido: un trombo una semana, un herpes, un orzuelo que se instaló en mi ojo y se trajo a un compañero para el otro…, y ahora esta celulitis también en el ojo que, para mi gusto, ya está quedándose demasiado y que ha venido con una infección tratando de alargar su estancia más de lo necesario a mi entender. Sí, tengo que encontrar la forma de rescindir el contrato de alquiler cuanto antes.
Suelo recibirlos en la puerta, con la mejor de mis sonrisas, tratarles con paciencia e invitarles a entrar con la condición de que sea por poco tiempo y de que no estropeen demasiado el mobiliario.
…y en eso estamos, junto con los médicos: tratando de buscar la manera de desalojar lo antes posible a todos estos inquilinos indeseables. Por eso esta mañana intensa ha sido un no parar de pruebas: mamografía, ecografía, placa de tórax, oftalmología de nuevo, visitas de la oncóloga, la de infecciosos (no, no soy yo la infecciosa, sino los bichitos que llevo dentro), la anestesista… y la analítica. Todos intentando desocupar cuanto antes esta casa de huéspedes en que me he convertido para ver si podemos convertirla en un parador elegante, con sus habitaciones límpidas y luminosas, frescas, con vistas impresionantes al mejor futuro posible.
Al menos me han comunicado que los tumores han reducido, no han querido decirme si mucho o poco, pero eso puede ayudar a que la operación no sea muy complicada. Esperaremos. De momento seguiré en el resort hasta que la infección se vaya.
Ha sido una mañana más en la oficina. Una mañana más de lucha, de tratos con los inquilinos, de esperanzas y paciencias… Es lo que nos queda: esperar y avanzar, aunque sea muy lentamente. Que no nos pillen nunca sin ánimos de lucha, porque vamos a dar todas las batallas necesarias sin evitar ninguna.
Que paséis buena tarde.
