Una cena tan simple y tan rica a la vez, con patata y huevo, si encima estos últimos son de gallina de corral, es la cena perfecta.
Está mal que lo diga yo, pero tengo buena mano para la tortilla de patatas. Eso al menos es lo que me dicen, y quien la prueba repite. Si encima son con estos huevos ni os cuento; se nota muchísimo. Porque las gallinas que los ponen se alimentan con pienso procedente de agricultura natural y biológica. En este caso, además, son las gallinas de mi primo Vicente, que conociendo cómo las cuida…
Aquí os dejo una foto del cartón donde los tengo, porque hasta en ese cartón podréis impregnaros de la esencia propia de un corral. Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí abrir la caja y encontrármelos así, con paja y todo.
La tortilla…, ¿qué deciros? Pues que me encantaría que la probaseis, pero como no es posible, ya os cuento yo qué tal: está de…
¡¡¡Feliz noche!!!!
