SOMOS VALIENTES

Dolores

Lejos de mí la intención de dulcificar o de simplificar esta enfermedad. Si me retraigo de hacer entradas más crudas o más directas es porque he aprendido a que la actitud es fundamental en cualquier circunstancia; más en esta que nos ha tocado. Y no quiero que este blog arroje ni un ápice de sombra sobre nadie. Necesitamos estar tranquilas, serenas, relajadas… todo lo que sea posible. Pero hay dolores, claro que los hay.

Te puede doler el pecho, la cabeza, las articulaciones… o una mezcla de todo y de nada. El dolor es uno de esos compañeros que odiamos pero que nos acompaña durante toda nuestra vida, por más que tratemos de evitarlo. Y hay que saber convivir con él; alejarlo lo más posible, pero sabiendo que está ahí, agazapado. Esperando a que nos descuidemos para asaltarnos por la espalda.

Por eso es tan importante cuidarse, alimentarse bien, no pensar en lo que puede depararnos el futuro… Como dice un amigo mío, los problemas hay que enfrentarlos cuando llegan, no antes, porque ni siquiera sabemos si llegarán. Dar paseos, tomar el sol o el aire, leer un buen libro, ver una serie o algún programa de la tele que nos guste, estar con la familia, con los amigos, o con una misma, pero relajadas. No le demos al cuerpo más trabajo del que ya tiene. Y si algo duele, decírselo al médico y que nos mande cualquier cosa.

Muchas veces los dolores son el indicativo de algo, y hay momentos en los que nosotras mismas los espoleamos con nuestra actitud. Esta es una enfermedad larga, con muchas estaciones… Vayamos de una en una, no le pidamos al chófer que acelere porque queremos llegar rápido al final. Nuestro cuerpo tiene sus propios ritmos y nunca son idénticos a otro. Como dicen muchas veces las campañas de tráfico: lo importante es llegar al final, no hacerlo antes que nadie.

Cuidaos y ayudad a vuestro cuerpo a cuidarse. Es lo más importante que tenemos que hacer en estos momentos.

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