SOMOS VALIENTES

En camino

Dicen que la vida no se mide por las veces que respiramos, sino por las que nos deja sin aliento. Tal vez sea cierto. A menudo nos cuentan cosas, nos avisan sobre qué puede pasar, nos previenen para que estemos preparadas, pero no siempre tiene que suceder lo que nos vaticinan. Es más, si fuese así, la vida no tendría emoción. Eres tú quien decide lo que quieres o no aceptar, qué y a quién quieres creer…

Estas semanas de radiación están pasando más rápido de lo que pensaba y la verdad es que me encuentro muy bien. Nada de lo que me avisaron que podría pasarme o sentir ha pasado, y ojalá siga así. Con esta enfermedad he aprendido a vivir día a día, minuto a minuto. Hay que saber dejar ir la vida que planeamos para vivir la que nos espera. Cada día trae su propio afán y hay que estar atentas. Lo que podamos aprender nos servirá para el mañana.

Sé que ya nunca seré la misma que antes de esta enfermedad y me afano en construirme un futuro distinto, mejor, apartando lo que no me sirva para sumar, y atesorando experiencias, personas y momentos que me ayuden a ser mejor. Ahora observo más a mi alrededor, me doy cuenta de más cosas…, tal vez porque tengo más tiempo para mí. Y quizás es algo que también tendríamos que aprender: a mirarnos más adentro, sin miedo, descubriendo en qué estamos equivocándonos, siendo sinceras con nosotras mismas para buscar las soluciones…

Por eso, a veces, tardo en contestar los mensajes; porque son muchos diariamente, y no puedo contestarlos todos. Porque busco y necesito tranquilidad para cuidarme, para recuperarme… Pero a la vez estoy infinitamente agradecida a todas las personas que se preocupan por mí. Por eso abrí también este blog: para todos los que os interesabais por cómo estoy, y para quienes están pasando por mi misma situación, por si os puedo ayudar en algo.

Antes de ayer volvían a Edimburgo unos señores que conocí en mi tienda enseñándoles una ruta para que conociesen La Rioja, mi tierra. Ellos me trajeron, para despedirse, unos dulces típicos de su país y me desearon verme curada para el año que viene y que les visitase; yo les regalé un bote de pimientos de mi amiga Susana: «Pimientos Bartolomé», los mejores de La Rioja. En eso consiste la vida: en desearnos lo mejor unos a otros, en tratar bien a quienes nos encontramos por el camino porque nunca sabemos a quién vamos a necesitar o quién podrá echarnos una mano a la vuelta de la esquina…

Tenemos que recordar siempre que cada pequeña acción nos lleva a algún lugar: elijamos bien las acciones para que el lugar de destino sea lo más parecido a lo que soñamos.

0
TU CARRITO
  • El carrito está vacío