SOMOS VALIENTES

Fotos de ayer. Realidades de hoy

Ayer os decía que nada es como lo imaginamos, y es cierto. Hoy mi teléfono me ha recordado, en una fotografía de hace un año, cómo estaba entonces y cómo estoy ahora. Jamás pensé vivir esto que me ha tocado y, mirando la fotografía, me he preguntado «¿quién soy?»

Pues bien, soy la misma persona, sin mi larga melena, pero con la misma esencia, o tal vez mejor.

Noto que he cambiado y que, probablemente, cambiaré más, porque ahora me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor, observo todo más atentamente, tal vez porque ahora tengo más tiempo para estar conmigo misma, oyéndome y oyendo cómo todo reverbera en torno a mí. A todos nos pasa: vivimos a tanta velocidad que no nos damos cuenta de que el tiempo se desliza sobre nosotros sin prestarle atención a esas señales que transporta para ayudarnos en el camino; al contrario, atrapamos las cosas al vuelo con tanta celeridad y queremos vivirlas tan rápidamente que, a veces, tomamos las decisiones equivocadas por no detenernos un instante en meditarlas. No somos conscientes del aquí y ahora porque siempre queremos ir hacia el siguiente punto, sin haberle sacado el jugo al punto en el que nos encontramos. ¿Y sabéis qué os digo? Que día que pasa, día que no vuelve.

Está claro que, una vez que el sufrimiento te abre el caparazón del ego, eres consciente de que, tal vez, lo necesitamos para darnos cuenta de cosas que antes pasábamos por alto. Sin el sufrimiento de ahora, quizás no podría profundizar como ser humano; no conocería lo que es la compasión, la humildad, el cariño… No distinguiría lo que de verdad es importante.

Ahora que tantos cambios está habiendo en mi cuerpo, casi destruido, me doy cuenta de que después de la caída siempre hay un renacer. Por eso, ahora mismo, la imagen es lo que menos me importa, aunque sea en lo primero que nos fijamos todos; porque nuestra imagen es nuestra tarjeta de presentación. Pero el cuerpo se regenera. Es el espíritu del que a veces nos olvidamos, y es, al fin y al cabo, lo que realmente somos detrás de nuestra imagen.

Ojalá esto me sirva, os sirva, para renacer como el Ave Fénix.

 

Justamente hoy hace un año de esta foto.

0
TU CARRITO
  • El carrito está vacío