SOMOS VALIENTES

Fronteras y paisajes

La foto que encabeza esta entrada es la frontera entre el hospital y el mundo exterior, entre estar bien y estar peleando por estarlo. ¿Y sabéis dónde está la belleza de esa frontera? En ese muro de flores y cariño que, más que proteger, me recuerdan que las cosas buenas están donde están las buenas personas, da igual a qué lado de la frontera.

Flores que me recuerdan que, después de cada invierno, siempre hay una primavera, por más frío que pasemos. Postales y marcos que me animan a ser Valiente para llegar a la Victoria…

La enfermedad es una circunstancia que se vive a solas. Tú eres quien siente los dolores, la impotencia de no estar bien, la tristeza de tener que detener tu camino para desviarte a una vía secundaria a tratar de repararte, el desasosiego y el miedo de no saber qué te deparará el día siguiente o la noche, o el siguiente instante… Por más gente que tengas pendiente de ti, eres tú y tu enfermedad. Sin más…

Pero, ¡¡ni os imagináis lo que puede iluminar un mínimo gesto, una palabra justa en su justo momento, una mirada, una sonrisa…!! Si miro a esa ventana veo todo eso y más. Y veo a mi cuñada, y a mi amiga Rosana haciendo turnos para estar pendientes de mí; a Victoria, mi sobrina… No me digáis que no tiene un nombre y un apellidos que son como una premonición: Victoria Valiente. Ella es la artista autora del marco y de una hermosa tarjeta, también vigilantes en esa frontera preciosa de la foto de arriba que me muestra el cielo detrás…

Sois tantos que me alargaría demasiado para poder agradeceros individualmente vuestro cariño (prometo hacerlo poco a poco), pero me vais a permitir, porque creo que es justo, que haga un aparte ahora para todo el equipo de enfermeras del hospital San Pedro. Porque ellas son los ángeles de la guarda de quienes estamos aquí. Esta (horrible) noche he podido comprobarlo en mis propias carnes. Sus desvelos, sus cuidados, sus caricias, sus abrazos de luz… No tengo palabras para ellas, sólo el deseo de que la vida las trate a todas tal y como me han tratado a mí esta noche, y un poco más si se puede.

No va a haber batalla que no dé, por más frentes que esta maldita enfermedad quiera abrir. Os prometo que vuestras muestras de cariño me guían, me alientan, me animan…, y sé que entendéis que a veces me canse de la pelea, pero seguiré adelante, siempre, gracias a vuestros gestos que me dan fuerzas y ánimos.

¿En la sección de belleza? Por supuesto. ¿Qué hay más bello que esa ventana y sus adornos?

 

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