SOMOS VALIENTES

Pies, queridos pies

Hay una frase de la pintora mexicana Frida Khalo que dice; “pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?”

Ya os he dicho muchas veces que hay que sobreponerse a las adversidades y luchar contra ellas: desde las primeras sesiones de quimio, que me afectaron muchísimo a la piel, no puedo parar de dolores en los talones. Llevo siempre una taloneras de silicona, además de unos cubridores para evitar golpes en los dedos; ya he visto  demasiado las estrellas con el ojo…

Las uñas me han vuelto a crecer todas y muy bien, pero a las de los dedos gordos les está costando un poquito más porque tengo la sangre retenida. Pero hay que valorar lo que tenemos por encima de lo que hemos perdido, siempre.

Por mi parte, sigo cuidándomelas: me doy todas las mañanas magnesio y una crema especial, pero también me he estado dando vaselina, y me ha ido muy bien.

Las enfermeras  y mi oncóloga en el hospital, cuando me las han visto, me han dicho que las tenía muy bien cuidadas. Suelen salir hongos, pero en mi caso no ha sucedido; a veces también he descansado los pies en un recipiente con agua y barro, por si a alguien le sirve la idea.

Los pies hay que cuidarlos  porque son nuestro sostén sobre la tierra, simbolizan lo terreno y lo ordinario, y las alas evocan la idea del vuelo, la sensación de que no hay límites.

En nuestra imaginación todo es posible; así que seguiré pensando que cada vez queda menos para que mis piernas vuelvan a correr como lo hacían antes…

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