SOMOS VALIENTES

Puntos de vista

No sé si mi ojo se está curando o que yo empiezo a verlo todo desde otra perspectiva…

La vida nos sorprende, nos cambia los planes en un pestañeo, sin que apenas nos demos cuenta.

Que todo es parte de un plan perfecto que nos supera, y que detrás de todo hay más bendiciones de lo que pensamos o somos capaces de atisbar es algo complicado de entender y creer. ¡¡Y qué difícil es confiar!!

Tal vez esté elucubrando, anestesiada por el aplauso inmenso de mi pueblo tras el pregón, por volver a ver a mi amiga Rosana después de sus vacaciones, por desear que tenga un respiro mi cuñada (porque se lo merece más que nadie), por el texto de mi amigo Juanma en su web recordando nuestras conversaciones durante esta enfermedad que él ha vivido día a día conmigo a pesar de estar lejos, por ese vídeo de anoche de mi amigo Manolo desde el sur con una canción cantada para mí… Quién sabe…

Siempre he sido una mujer espiritual, aunque haya quien pueda no entenderlo; da igual. Pero seguiré en este lado de la vida, porque a nivel humano son inexplicables las cosas que he visto en el hospital: niños en tratamiento, con tres, cuatro, cinco años que no pierden su pureza y su inocencia a pesar de todo; embarazadas, personas mayores recibiendo sesiones de quimio… Estamos en un equilibrio tan leve, tan fino, que no podemos más que confiar. ¡¡Siempre hay que confiar en los demás!! Estamos aquí para ayudarnos unos a otros. ¿Para qué si no?

Nunca sabemos si podemos ser parte de la cura de otro, o el palo al que se agarre alguien para no llegar a caer del todo. Vosotros me estáis ayudando mucho. Por eso tenéis, tenemos, que cuidar nuestros pensamientos y nuestras emociones, sobre todo cuando comprobamos que empiezan a oscurecerse. Como dice mi querido capellán Juan Pablo «qué sería del mundo sin emoción»; esa emoción pura y limpia que ilumina todo alrededor.

Hoy he vuelto al hospital para que me miraran el ojo. Os diré algo: ser valiente no es fácil, lo he comprobado en mis propias carnes. Pero mejor ser una atrevida magullada que una cobarde impoluta.

Nunca os olvidéis de esta frase fantástica que le cojo prestada a mi amigo Juanma: «Nunca brilla la luna para un corazón vacío, ni se cuelgan medallas a alguien que nunca han herido».

Pelearemos esta batalla todas juntas, recordando que sólo podemos ganarla desde el amor. El amor no necesita ser entendido; sólo necesita ser demostrado, así que démonos mucho amor entre todas, y peleemos cada batalla.

0
TU CARRITO
  • El carrito está vacío