SOMOS VALIENTES

Radioterapia. Sesión uno

Antes de contaros cómo ha sido mi sesión quiero hablaros sobre algo que considero importante y que, desde el principio quise dejar claro en este blog, y no sé si lo he conseguido del todo. Es lo siguiente: el cáncer, los cánceres, todos, tienen nombre y apellidos. ¿Qué quiero decir? Que las fases, los tratamientos, los efectos, las recuperaciones, los ciclos, las reacciones ante el tratamiento… son individuales. No todos los cuerpos son iguales ni responden igual. ¿Significa que no hay un patrón común en esta enfermedad? Claro que lo hay, pero son los médicos que nos tratan los que ven qué es lo mejor para cada una en cuanto a duración, periodos, tratamientos… Ellos van a buscar siempre lo que mejor se adapte a nuestro cáncer, o contra él mejor dicho, así que tenemos que ponernos en sus manos y confiar.

¿Y qué ha pasado con mi sesión de radioterapia de hoy? Pues ha ido todo perfecto. Tengo que decir que el Cibir es de los mejores  sitios que hay en España para tratarse un cáncer, (para mí, hoy por hoy, el mejor) y que los profesionales que ahí hay siempre me han tratado muy bien. Hoy han sido unos quince minutos con unas máquinas que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción, inmensas… (Lo mismo algún día pido permiso para poder fotografiarlas y que las veáis, porque no se puede entrar con el móvil en la sala, como es normal).

He podido visitar a mis enfermeras de la quimio, mis ángeles de la guarda, y me ha alegrado muchísimo poder saludarlas. Confiad en ellas, de verdad. El cariño que ponen en su trabajo no está, ni estará bien pagado nunca.

De momento tengo que decir que me encuentro bien; algo cansada, pero hace poco he salido a andar un rato. Supongo que las sesiones de radio irán afectando a mi cuerpo conforme vaya aumentando su número, pero ya os lo he dicho algunas veces: hay que vivir el instante y no pensar en el futuro, que no sabemos si llegará ni cómo va a llegar. Como dice mi amigo Juanma «los problemas hay que resolverlos cuando llegan; hacerlo antes es perder el tiempo, porque no sabemos si realmente se producirán».

Cuidaos mucho, tened esperanza, paciencia y confiad en quienes os tratan. Ellos van a buscar siempre lo mejor para nosotras, aunque a veces no lleguemos a entenderlo. Por lo general tendemos a imaginarnos las cosas peor de lo que realmente son después. El cuerpo, si lo tratamos bien, tiene muchísima más capacidad de regenerarse de lo que creemos. Os lo digo por experiencia.

Seguiré contandoos cómo van las sesiones. Vosotras, mientras tanto, manteneos valientes.

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