SOMOS VALIENTES

Rezar

No todo el mundo tiene que creer, ni todo el mundo tiene que ser ateo, o agnóstico, o lo que sea… pero, por más que queramos, tendemos a la eternidad. Por eso creamos arte, por eso nos deleita la belleza, por eso enmudecemos ante un arcoíris, por eso nos hacen llorar según qué melodías…

No voy a escribir un tratado de teología, ni tengo intención de convencer a nadie de nada. Si hay algo que tengo absolutamente claro es que hay que respetar la libertad de cada cual; y que si hay algo que no se puede imponer a alguien es ser espiritual o no. Sólo puedo decir que a mí me animan tanto las velas encendidas por mí en los distintos santuarios y templos de la extensa geografía por la que se mueven las personas que me conocen y las que no, pero que tienen el detalle de enviarme fotos preciosas; como los mensajes de ánimo que me mandan buenas vibraciones o los mejores deseos desde el corazón. En el fondo, pienso, es todo lo mismo: tender a la eternidad y agarrar a alguien de la mano para que llegue a ella.

Si me permitís contarlo, ayer, personalmente, estuve en la iglesia de mi pueblo, Navarrete, rezando por mí y por la gente que quiero…, y por todas las que seguís el blog. No recuerdo haberlo dicho nunca, pero la iglesia de Navarrete es una iglesia preciosa, con un altar majestuoso y un silencio acogedor, de esos que te abraza y te acuna; de los que te hace olvidar lo de fuera por un rato y te invita a reflexionar desde las tripas. Seas creyente o no, convendréis conmigo en que entrar en una iglesia sin que haya alguna celebración es algo que te invita a la paz, al recogimiento…, y eso buscaba ayer por la tarde, durante un rato. Y allí os puse a todas, delante del altar. Porque estos meses sé que ha habido, y que sigue habiendo, mucha gente rezando por mí, así que fui a devolver un poco las oraciones.

Sé que puede haber muchas personas que no crean en nada y me parece perfecto; también muchas que dicen creer y que sus actos, después, dicen todo lo contrario. Lo importante es que lo que creamos nos lleve a tratar de ser mejores, a intentar ayudar a los demás, a ser, en el fondo, buenas personas. Si no, seremos unos hipócritas, con una fe u otra… o sin ninguna.

Yo encontré ayer mi rato de paz. Vosotras buscadlo cuando lo necesitéis, allí donde mejor os parezca. Tended siempre a la eternidad.

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