Esta semana que no me han dado la quimioterapia está siendo como unas mini vacaciones. Aparte de disfrutar de la naturaleza y darme esos paseitos increíbles que me estoy dando, me he permitido un capricho para merendar.
Es una merienda facilísima de hacer y súper rica: galletas de plátano y semillas de lino. Os estaréis preguntando cómo se hace. Pues bien, apuntad:
El plátano lo aplastas con un tenedor, lo cubres con semillas de lino, haces la forma de galleta y para el horno unos veinte o veinticinco minutos, hasta que veáis que están como os gusten. Están buenísimas.
No es muy aconsejable tomar el plátano por la tarde; es mejor por la mañana. Es uno de los cinco mejores tentempiés para el estado de ánimo; dicen que un plátano y una onza de chocolate negro cada día nos ayudan a sentirnos bien, así que, después de la caminata que me he dado con mi amiga María, me voy a permitir este capricho.
El plátano es una fruta muy rica en potasio y electrolitos. Así que, ¡¡a disfrutar de la merienda!!
