Pues sí, hoy hace justo un año que empecé con la quimio. ¿Cómo olvidarlo?
Al principio no quería ni oír esa palabra, me aterraba, no quería dármela…, aunque era consciente de que no me quedaba otra. ¿Por qué hago esta entrada hoy? Pues bien, para deciros que es innegociable. La quimio es, de momento, lo único que nos va a curar.
Durante todo este tiempo he escuchado tantas tonterías… No sabía que había tanto médico frustrado en este país permitiéndose el lujo de darte consejos, de decirte que eres tú quien te ha provocado esta enfermedad con tu estrés, por dejarte arrastrar por tus emociones… Sí, parece una broma, pero son cosas que he oído y que me han llegado a decir. Sinceramente, ¿hay alguien en su sano juicio que quiera provocarse un cáncer? ¿Un niño, que ni siquiera entiende qué es eso de ser emocional, también se lo provoca?
Me han mandado vídeos diciendo tonterías, pero en ninguno he escuchado qué tenía que tomar para curarme. Yo, gracias a Dios, soy fuerte mentalmente, pero hay gente que no, y escuchando según qué cosas de según qué personas, pueden llegar a pensar que no debería darse la quimioterapia. Os hablaré desde mi propia experiencia: hoy llevo justo un año con quimio. Hoy estoy con ella. Hoy sigo estando viva. Por supuesto, tengo días buenos y días menos buenos; hoy es uno de esos, pero sigo aquí, viva, luchando… Y lo cuento porque en este año he vivido situaciones en las que he pensado que no saldría de aquí; momentos en los que quería tirar la toalla, por ejemplo cuando me afectó al ojo…, o alguna que otra noche infernal que os he contado por aquí.
Aún tengo por delante meses con quimio, y es una sensación tremenda, pero es algo, ya lo he dicho al principio, innegociable. Hay que ponerse en manos de profesionales y continuar. Todo el mundo puede leer sobre cáncer y tratamientos en internet, pero eso no les hace profesionales del tema. No nos ponemos a construir coches viendo vídeos en Youtube sobre cómo se construyen, y si nos compramos uno nos fiamos de los profesionales, no de nuestro vecino que dice que ha montado un automóvil en el patio de su casa siguiendo vídeos por internet. Pues más si cabe con la salud: nadie se ha curado un cáncer con hierbas o con terapias alternativas; sin embargo, un oncólogo se ha pasado años estudiando para esa dolencia concreta.
Las hierbas, como la alimentación, como llevar una vida sana… no son más que una prevención para estar bien, para ayudarnos a que el cuerpo esté mejor preparado para luchar contra lo que le ataque desde fuera. Pero cuando te entra un cáncer, o cualquier otra enfermedad, hay que ponerse en manos de especialistas y la ciencia es la ciencia.
Lo digo yo, que en mi informe decía que era intolerable a la quimio. Esa quimio que es la que me ha dado un año más de vida. Y aquí seguimos, luchando por tener una nueva oportunidad, por salir de esta lo mejor posible. Por supuesto, es mi camino, el que yo he elegido, y os lo cuento desde el punto del recorrido en el que me encuentro, por si os sirve, no para empujaros a seguir una senda. Nadie debería obligar a otra persona a seguir un trayecto determinado; simplemente os indico el que a mí me está sirviendo. Lo importante es seguir luchando, plantarle cara a la enfermedad y recordar que, el punto en el que estemos, sea bueno o malo, es sólo eso: un punto. No es el final ni un punto de no retorno. Cuando estás en un hoyo sólo ves lo negro a tu alrededor, pero tienes que saber que fuera de ese hoyo hay un paisaje, un bosque, una playa, un valle… No nos centremos en lo oscuro: proyectémonos fuera de las sombras.
Hoy hace justo un año que empecé la quimio y aún sigo en ella. Hoy, 28 de febrero, día de mi querida Andalucía. ¡¡Feliz día a todos los andaluces!!
